miércoles, 22 de julio de 2015

¡Haz música, Socrates!" Sobre ciertas acepciones de la música desde mi filosofía personal, PARTE II

Ahora, en relación con la premisa n° 2 (la materialidad de la música en tanto soporte físico como Cd's Vinilos, Pendrives, equipos de amplificación), la modulación musical (la forma en la que se expresa) evidentemente debe tener este sustrato mucho más definible y material que el mero sonido, sin embargo la música no es solo lo que proviene de algo material simplemente, puede llegar a ser eso en parte, pero no es lo que la define en su constitución esencial.

Para mi la música ni siquiera tiene que ver con una manifestación que venga de algo material o físico, sea este visible o no (incluso podríamos decir que el viento produce cierta "musicalidad"), pues al menos desde mi comprensión, la música es un fenómeno (como lo habíamos mencionado) intersubjetivo.

¿Entonces? ¿De donde proviene? ¿Sí no es algo material o físico? ¿De donde se manifiesta?

Simple, de nuestra cabeza...

La música en tanto fenómeno cultural e incluso antropológico y asido al desarrollo humano, es algo que organizamos, proyectamos y manifestamos de manera intra-psicológica. La música no está afuera como creemos, o más bien sí lo está como fenómeno cultural, pero no en tanto la música se crea, evoca y produce espontáneamente en nuestra mente, pues es ella la que organiza y da sentido a los sonidos que atendemos.

La música entonces no es sólo un conjunto de sonidos producidos y/o percibidos de manera armónica (que sería la definición más común), es también el fenómeno psicológico donde disponemos de nuestras herramientas culturales para "interpretar" (en el sentido laxo del termino) una cualidad sonora determinada. 

Para que comprendamos la música como un fenómeno cultural determinado, debemos atender una serie de factores co-dependientes entre sí, como la necesidad de un emisor y un receptor (aun cuando no exista un receptor cercano al emisor, como por ejemplo, cuando caminas a tu casa silbando a solas por la calle, aquí el receptor vendrías siendo tu mismo, pues la proyección musical en tanto sonoridad permite reflexividad, o sea, un retraimiento personal a partir de una producción hecha por uno mismo hacía si mismo. Esto es una particularidad bien concreta de la música, reflexión que abordaremos en otro momento con más detalle). También el entorno cultural es un factor extra, pues dependiendo de que ámbito cultural o contextual estén insertos los sujetos, será como recibirán determinadas obras o manifestaciones musicales.

Por ende a pesar que la música se manifiesta muchas veces en cosas materiales, no podemos reducirla meramente a una producción mecánica o física de aquello material que la produce.

CONTINUA EN: ¡Haz música, Socrates!" Sobre ciertas acepciones de la música desde mi filosofía personal, PARTE III






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