martes, 31 de marzo de 2015

Tres grandes prejuicios nocivos de los "músicos" hacía la música

Para quienes estén liados en el mundo de la música sabrán que este rubro (tal y como cualquier trabajo u oficio) nos encontramos con un montón de prejuicios, muchos de ellos infundados por no sé que razón (o sin razón) y otros más aceptables y "comprensibles".

Estos prejuicios pueden ser nocivos para la buena convivencia, ya que muchos de ellos provienen de autodenominados "voces autorizadas" lo cuál es peor, pues ¿Que más peligroso que un músico tenga prejuicios sobre su propio quehacer? Una "voz autorizada" por decirlo así tiene más responsabilidad con la música que una persona más ajena a este arte.

Pasaremos a analizar estos prejuicios y dar una debida explicación de porque desde mi postura los considero cómo tales. Obviamente muchas de mis apreciaciones las podrán encontrar subjetivas, pero esa es la idea: Que se debata sobre ideas que muchas personas consideran "dogmas" o "verdades inamovibles". En mi postura tampoco tengo el animo de reinstaurar "Otra verdad", sino más bien preguntarse y preguntarnos sobre el lugar de estas afirmaciones.

Prejuicio n° 1: "Existen estilos basura" "Música basura" "El X estilo de música apesta", etc.

Este es el prejuicio más común de todos y salta a la vista (al menos para las mentes abiertas) que se trata de una cuestión de gusto y apreciación subjetiva. Al respecto quiero aclarar lo siguiente: Tampoco se trata de imponer una postura neutra ante la música, tal cuestión no existe y es absurdo plantearse de esa manera. 

El secreto está entonces en saber separar las aguas, estamos claros que un estilo tiende a ser más aborrecido por su antítesis o contraparte (aunque en teoría tal cuestión no existe del todo) y que generalmente se tiende a degustar un espectro limitado de bandas y estilos, pero les puedo asegurar que una persona que tiene la disposición de al menos escuchar (ESCUCHAR, algo que muchos han olvidado realmente, asunto que retomaré más adelante) diferentes modos de hacer música, se nutrirá más de este arte y comprenderá que no porque no te gustó la forma o algún elemento de ese estilo, debes desechar absolutamente todo, siempre hay cosas rescatables y esa forma de mirar la música en lo global también se cultiva.

Prejuicio n° 2: Crear música es una cuestión de inspiración/técnica

Afortunadamente, cada vez existen menos personas que creen que la música depende SÓLO de uno de estos elementos: la inspiración o la técnica. Aunque todavía existen personas que abogan por uno o por otro bando.

A veces este prejuicio se muestra en frases como: "¿Para que estudiar música?, la música no se estudia" que sería para el caso de la gente que defiende la "Inspiración" o bien se puede mostrar en su contraparte la "Tecnica" de la siguiente forma: "Para ser un buen músico debes aprender las técnicas avanzadas y "tocar lo más rápido que puedas" (Quizás no se vea así de literal pero esa es la idea).

En realidad hacer música depende de los dos factores: La inspiración es fundamental para realizar una música con un sello original y personal, mientras la técnica ayuda para el desplante de lo que deseamos hacer. Ambas son co-dependientes, ninguna es mejor que la otra.

Cuándo hablo de inspiración, no hablo de un mensaje sobrenatural que llega de la nada o del cielo, sino más bien a buscar motivos de aliento y/o de conjugar contexto con ejecución. A lo que voy es que la inspiración es en realidad UNA TÉCNICA MÁS que se entrena y aprende. Claro que no es como las otras técnicas más motrices sino más bien tiende a ser más mental y emocional.

Prejuicio n° 3: "No se puede opinar sobre tal banda o estilo de música, porque eso es imponer un juicio y es subjetivo"

Este prejuicio se solapa con el primero, y es un prejuicio altamente difundido en personas generalmente "políticamente correctas" o subjetivistas que creen que porque un juicio tenga un valor relativo, no se puede hablar sobre ello.

Cuándo en el primer prejuicio mencionaba que se debe respetar cada estilo y no desechar TODO a la basura, me refería a que, independiente de nuestro punto de vista, cada estilo, banda o música puede tener algo rescatable y provechoso incluso para nuestros fines, pero no necesariamente a que no podamos valorizar lo que estamos escuchando, sea positiva o negativamente.

En efecto, el arte de calificar un disco, una banda, un estilo o incluso una época musical se fue perdiendo en el tiempo, dado que muchos de estos juicios efectivamente eran infundados o bien caían en dogmas o autoritarismos. Sin embargo si criticamos ciertos elementos, respetando la integridad de cada estilo, banda, etc. no debería caer en algo nocivo, es más nutre al músico si se ejerce de manera correcta.

No es para tener miedo a criticar entonces, el acto de construir juicios de valor, sobre todo de forma colectiva y respetuosa, suele ser correcta y necesaria para el músico o avezado en los temas musicales.




lunes, 30 de marzo de 2015

El delicado equilibrio del presente: Siempre es hoy de Gustavo Cerati

Hay discos que impactan por su originalidad, otros por su crudeza, otros por su refinamiento, pero el disco que analizaré hoy impacta más bien por pequeños elementos que, concatenados, producen un factor sorpresa que llena de frescura al oyente.

Estos pequeños elementos son fraseos de guitarra que quizás nada tienen de sorprendentes técnicamente hablando, pero indudablemente si se acompaña con beats electrónicos dispuestos con ingenio y elegancia, entonaciones con frases intuitivas, inspiradas en momentos concretos y actuales (declaraciones, emociones y/o descripciones que evocan un momento de incalculable energía creadora) y un collage de estructuras musicales que no dejan de sorprender por cómo se van hilando unas con otras, tenemos cómo resultado un gran disco como el Siempre es hoy del ya fallecido y aclamado músico latinoamericano Gustavo Cerati.

Conocido es el contexto en el cuál se inscribe este disco de Cerati: una separación reciente con Cecilia Amenabar y el inicio de una relación estrecha con Deborah de Corral (que hizo segundas voces en "Casa" y "Torre de marfil"). Llamando además nuestra atención el uso consciente y constante de beats electrónicos de la mano de su MPC (instrumento electrónico MIDI)  lo que presta un carácter único al disco.

Estos elementos saltan a la vista, reflejándose en las letras y en la vinculación de los temas a un curioso mix entre música electrónica, latinoamericana y rock alternativo. 

Los temas transitan de potentes riffs que se entremezclan con ingeniosos loops electrónicos (Cosas Imposibles, Artefacto, Tu cicatriz en mí) a ácidas declaraciones con beats curiosos en un dejo de experimentación (No te creo, Amo dejarte así, Casa, Camuflaje) e incluso temas luminosos con guitarras y melodías brillantes y nítidas (Nací para esto, Karaoke, Altar, Especie), donde no se dejan de lado los pasajes melancólicos (Torre de marfil, Fantasma, Vivo y Sudestada), para también demostrar cómo combinar motivos modernos llenos de electrónica con percusiones latinas (Sulky).

Las letras son de las mejores de Cerati, donde encontramos pasajes como:

"Si un amor cayó del cielo no confundo más / en mis sueños nunca pierdo la oportunidad"

Evocando el motivo del disco, asociado a un presente que debemos cuidar y en el cuál debemos actuar.

O "No es una charla de computadora / es un presagio más feliz"

Letra de artefacto, aduciendo quizás a las relaciones modernas hoy por hoy, muy vinculadas con la tecnología (chats, facebook, twitter, etc.)

Otra frase memorable: "Camuflaje, eficaz / desespero por mostrarte más / todo lo profundo ama el disfraz" 

Entre otras muchas que existen a lo largo del disco, una serie de encuentros y desencuentros donde la mayoría parecen aludir a una tensión entre pena y liberación que se resuelve en un hoy, ineludible y omnipresente: El siempre del hoy.






Apuntes sobre una escucha crítica y contextual

Cómo había mencionado en una entrada anterior, aclararé porque digo que la mala calidad de audio es una cuestión de percepción, ¿Que hace que de alguna u otra forma te termine gustando, por ejemplo, un cassette grabado de la radio de un concierto en vivo, a escuchar un cd oficial de la misma banda tocando igualmente en vivo? Pues simplemente porque una "buena" o "mala" calidad de audio no son elementos absolutamente objetivos.

Cuándo decimos "Este tema suena pésimo" o de manera un poco más técnica "Esta mal grabado" o "Lo encuentro mal ecualizado" es meramente un juicio de valor y no hablo simplemente en términos de estilo (lo de cual audio no me agrade por ser de un estilo no afín al mío), sino más bien en cuánto que una grabación de X banda nos sonará mal o bien acorde a un contexto dado.

Ejemplos de ellos tenemos por montones: No juzgaremos de igual forma un disco en vivo que uno de estudio y por supuesto tampoco valoraremos de igual forma un disco de rockabilly de los 50 a un psicobilly más contemporáneo. En definitiva lo que deseo denotar es que tal o cuál audio será valorado en función no sólo de un gusto sino también de un contexto que muchas veces nos predispone.

Averiguar más sobre el contexto en el que fue inscrito un disco, ayudará por supuesto a descifrar y degustar cada secreto que se oculta en la maraña de acordes y melodías que nos encontraremos al colocar el vinilo o el cd de elección. Es eso que nos lleva a los melomanos o a los aficionados a la música a leer sobre la historia de una banda o un disco en particular, pues cada detalle o motivo de inspiración sirve y ayuda a entender una obra musical.

Es una falacia creer que la música por ser esencialmente sonora se acotará meramente a los elementos acústicos, pues tal y cómo ocurre con la pintura, la fotografía, la literatura, etc. La música también tiene un factor multidisciplinario que a su debido entendimiento, permite ampliar nuestros horizontes de percepción.

Volviendo al tema central, lo que hace realmente entonces a un audio ser de "buena" o "mala" calidad, no depende exclusivamente de la pre o post producción del disco, sino también al concepto que se evoca detrás y al contexto en el cuál nos inscribimos tanto nosotros cómo la banda al momento de grabar el tema o disco. Para dar otro ejemplo que algo ya había mencionado, cuándo escuchaba el cassette de Radiohead en vivo grabado de la radio, lo que me motivaba a escucharlo una y otra vez no era su gran nitidez sonora (que algunos confunden con calidad de audio) o su producción cuidadosa y delicada sino todo lo contrario: Me gustaba su crudeza, las voces del público que en reiteradas ocasiones sobrepasaba la guitarra lo que daba paso a la sensación de ser parte de esa gente, la particularidad de ser grabado en la radio en un momento probablemente único en su especie. Todo eso y quizás otros detalles que se me escapan, sopesan la poca nitidez de los instrumentos, entre otros detalles cómo la voz del locutor promocionando la radio, entre otros.

Esto permite entender la música no cómo un juego matemático de perillas, sino cómo una evocación de un momento único e irrepetible que se traduce en melodías, cantos y acordes.







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martes, 24 de marzo de 2015

La guitarra del joven soldado

Mi encuentro con la guitarra no fue estrictamente decisión mía, fue mi papá quien me instigó a que tocara guitarra. 

Mi viejito trabaja en salud, es uno de los pocos dirigentes serios y buenos que existen y los que lo conocen realmente sabrán avalar mi opinión. 

Un buen día, cuando tenía aproximadamente 15 o 16 años, me motivaron a que me inscribiera en un taller de guitarra que impartían a funcionarios de un servicio de salud en Santiago (Mis padres continuamente buscaban maneras de motivarme a hacer cosas distintas y esta fue una de ellas). 

Fui sin grandes expectativas como quien va a hacer un tramite y al final sería una experiencia que marcaría mi vida hasta ahora.

Empecé de forma burda y lenta, pero fui practicando constantemente y con mucha paciencia comencé a sacar mis primeros acordes.

Debo decir que nadie auspiciaba (creo que ni siquiera mi profesor) que empezaría a interpretar prontamente canciones que considero complejas como las de Silvio Rodriguez. Fue un gran logro sacar "Ojalá", "En estos días" o "Y nada más" (esta última la interpretaría en vivo como demostración de los logros del taller). Por primera vez en mi vida sentí que un logro era totalmente mío, autenticamente de mi esfuerzo personal.

Hasta el día de hoy la guitarra me acompaña en todo momento, ya sea con una guitarra imaginaria cuando voy en el metro al trabajo o tocando canciones dedicadas a mi novia o simplemente para acompañar la fiesta con amigos. Sea como sea la guitarra es una omnipresente en mi vida, en buenos y malos momentos.

"La guitarra del joven soldado 
es la celosa amante que lo ha de seguir 
en la dicha y también en el llanto, pero siempre ayudando a vivir"
Silvio Rodriguez 







Erase una vez... Una Cabeza de Radio...

Eran a fines de los años 90, se venía un nuevo milenio y yo empezaba a tener los síntomas del acné y todas esas cosas que te dicen cuándo llega la tan mal afamada "Pubertad".
La verdad siempre fui, como dirían algunos, un "pollo". Vivía abstraído en mi mundo interior lleno de fantasías, literatura y... sobre todo, música.

Mis primeras "escuchas" fueron lógicamente radiales, y lo que más me llamaba la atención en ese tiempo era el rock latino, principalmente Los Prisioneros y Soda Stereo.  

Después descubrí un gran tesoro: Una colección de "Cassettes" (sí, cassettes) de mi hermano mayor, la cuál fue mi principal fuente de información y cultivo musical. Afortunadamente mi hermano era un gran coleccionista (no sólo por la cantidad sino también por la calidad), así que buena música no me faltó. Y cuándo digo buena música estoy hablando de artistas que casi nadie escuchaba en ese tiempo cómo por ejemplo: R.E.M., Pink Floyd, The Cure, Slowdive, My Bloody Valentine, Cocteau Twins, Depeche Mode, Dead Can Dance, Portishead, Massive Attack, etc.

Pero hubo una banda que me llamó particularmente la atención: Radiohead.

(¡Ojo! Este blog no versara sobre Radiohead ni nada por el estilo, me gusta mucho esta banda, pero no me parece el hecho que hablé de Radiohead cómo un fan (el concepto de "fan" no me gusta para nada). Sólo diré que esta banda marcó un antes y un después  en lo que a escuchar música se refiere en mí existencia)

Curiosamente el primer trabajo que escuché de Radiohead no fue el The Bends o el Ok Computer o el Kid A, fue un cassette grabado de la radio donde se transmitía un concierto en vivo (nunca logré encontrar la procedencia del concierto). ¡Sí efectivamente!, el cassete era grabado de la radio, esa arcaico y casi extinto sistema  donde uno sincronizaba lo que se escuchaba en la radio con el cassette y después podías reproducir el programa o lo que quisiste grabar en el momento.

Para mi era una delicia escuchar ese cassette, a pesar de la mala calidad de audio (aunque a mi opinión personal, a veces una "mala" calidad de audio es simplemente una cuestión de percepción, tema que hablaré en otra entrada). Tocaban temas de la era del The Bends y el Ok Computer y unos pocos del Pablo Honey. En fin, era una pasada de temas bien rockeros que no dejaban de sorprenderme.

Luego escuché sus afamados discos en estudio y bueno el resto se fue escribiendo en conjunto con otros cientos de artistas que fui descubriendo poco a poco....




Palabras preliminares...

Este blog nacio de una copia...y quizas de la copia de una copia. Aquí no encontrarás nada nuevo, sino más bien (como dice Chiu Longina en su gran texto "El sentido olvidado") una "re-escucha" una afinación o tal vez una desafinación de algo ya hecho....simplemente es poner y disponer lo escuchado, de manera que podamos hacer resonar algo en ustedes. Pero más que decir, me dedicaré a dejar decir.... a que las cosas discurran con la mayor naturalidad posible (lo cual no es lo mismo que dejar hacer...como lo postulan ciertas "ideologías" de mercado extremas). La razón entonces de este blog es dar el cuidado necesario para que las cosas (o para ser más explicito las canciones, las palabras, las imagenes y todo medio de comunicación) florezcan por si solas.